El Ganoderma Lucidum y la Artritis Reumatoidea

La Artritis Reumatoidea es una enfermedad frecuente que debe ser tratada con plantas medicinales, debido a la alta frecuencia de efectos secundarios causados por los tratamientos con fármacos sintéticos. La Artritis Reumatoidea es una enfermedad degenerativa crónica, inflamatoria, generalizada y de origen autoinmune, que se presenta en 2% de la población. Aunque no conocemos las causas que la originan, sabemos que diferentes agentes agresores físicos, químicos, biológicos o emocionales pueden afectar la Inteligencia biológica que regula y controla todas las funciones corporales, haciendo que el sistema inmunológico de defensas, en lugar de defender al organismo, ataque la cubierta de las articulaciones, es decir, el tejido sinovial. En otras palabras, los impactos agresores aumentan el desorden celular (entropía). Cuando no es controlada ocasiona incapacidad y muerte prematura. Nuevas perspectivas En la última década el abordaje terapéutico cambió, al mejorar el conocimiento de la evolución de esta enfermedad y se basa, en primer lugar, en el diagnóstico y tratamiento precoz. En segundo lugar, en el uso de combinaciones de medicamentos que modifican la enfermedad. Tercero, el uso de agentes contra los mediadores (citoquinas) responsables de la respuesta inflamatoria. Y en cuarto lugar, en el reconocimiento y tratamiento de las enfermedades coexistentes, como: infecciones, osteoporosis o enfermedad cardiovascular. Desafíos actuales El cuidado de los pacientes con Artritis Reumatoidea significa un gran reto para el médico, a pesar de los avances realizados en cuanto al diagnóstico temprano. En materia de tratamiento el progreso no ha sido suficiente, por cuanto las terapias convencionales, incluidas las más recientes, tienen efectos tóxicos que desmejoran la evolución clínica de los pacientes; su alto costo las hace poco accesibles y requieren de una estrecha vigilancia de laboratorio. La Medicina Sistémica se convierte en una respuesta a este desafío, por cuanto ofrece tratamientos con plantas superiores que no producen efectos secundarios y cuenta con estudios clínicos que avalan su eficacia. Diagnóstico y tratamiento tempranos La aparición del daño articular ocurre desde los inicios de la enfermedad: 30% de los pacientes ya tienen erosión ósea al momento del diagnóstico. Las erosiones y deformidades son irreversibles, por lo tanto, el iniciar el tratamiento dentro de los tres meses de haber hecho el diagnóstico resulta crucial El diagnóstico no se realiza con una prueba simple de laboratorio o procedimiento, requiere de siete criterios diagnósticos, que son: Rigidez matutina, Artritis en tres o más articulaciones, artritis en manos, artritis en ambos lados del cuerpo, nódulos cutáneos, cambios radiológicos, y Factor Reumatoide elevado. La presencia de los cuatro primeros criterios, durante las seis semanas previas, permite diagnosticar la enfermedad, La determinación de anticuerpos contra los péptidos de la citrulina cíclica puede ayudar en un subgrupo de pacientes en donde existe incertidumbre diagnostica al comienzo por cuanto aparece en sangre antes de presentarse los síntomas. Medicación El principio general del tratamiento consiste en llevar a remisión los síntomas articulares, recuperar totalmente su función y mantener la remisión a través del tiempo. Los fármacos sintéticos utilizados son de tres clases: 1) Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES): producen alivio parcial del dolor y la rigidez, no retardan la progresión de la enfermedad, se emplean junto con las drogas que modifican la enfermedad. Su administración prolongada puede producir úlceras gastroduodenales, perforación y hemorragia gastrointestinal. Cada año 1,5% de los pacientes con Artritis Reumatoidea son hospitalizados por problemas gastrointestinales. Los antiinflamatorios del tipo inhibidores selectivos COX2 han sido retirados del mercado debido a los efectos secundarios que pueden producir. 2) Corticosteroides : Son potentes supresores de la respuesta inflamatoria, pero producen efectos secundarios de importancia, tales como: cataratas, hipertensión arterial, osteoporosis, y elevación de las grasas en sangre. 3) Drogas que modifican la enfermedad : Las más utilizadas son: Metotrexate, sulfasalazina, sales de oro, penicilamina, y leflunomida. Todas pueden causar marcados efectos adversos, en hígado, riñón, medula ósea y pulmón. Han aparecido tres productos biológicos que inhiben la interleukina1 y el factor de necrosis tumoral alfa, pero tienen alto costo y predisponen a infecciones poco usuales como tuberculosis y micosis. Medicina sistemica en artritis reumatoidea La Medicina Sistémica, siguiendo los principios del triángulo de salud, utiliza plantas medicinales superiores que no producen efectos secundarios y que estimulan cada uno de los lados del triángulo, es decir, incrementan la Energía, mejoran la Inteligencia biológica y la estructura y función orgánica (Organización). Indicamos plantas que incrementan la energía, la fuerza muscular, disminuyen la fatiga, ansiedad o depresión, como: Pfaffia Paniculata y Leuzea Carthamoides. Para estimular la Inteligencia Biológica, atacando así la falla del sistema de defensas causante de la enfermedad, indicamos plantas inmunomoduladoras y antiinflamatorias, como: Rhodiola Rosea, Astrágalus Membranaceus, Ganoderma Lucidum, Vitex Agnus Castus, y Sutherlandia Frutescens y para mejorar la Organización osteoarticular, indicamos combinaciones de plantas y otros productos naturales con propiedades analgésicas, antiinflamatorias y regeneradoras, como: Artritina, Uncaria Tomentosa, Harpagophytum Procumbens, Smilax Spp, Equisetum arvense, Dioscorea villosa, Tabebuia avellanedae, y Sulfatos de Glucosamina y Condroitin. Con este esquema de plantas hemos obtenido excelente resultados en más del 80% de los pacientes que acuden a los Centros y Unidades Médicas Adaptógenos de Venezuela y Puerto Rico.